Los autores establecen “Technology is a tool, a means to an end, not an end in itself” (Bates & Pool, 2003: xiv). Me parece tan familiar esta frase debido a que siempre he pensado que el conocimiento es el fin y la tecnología es el medio de transmisión del conocimiento. En los capítulos recomendados para lectura (1 y 2), analizan aspectos muy importantes que me aportan nuevos aprendizajes relacionados con los retos para las instituciones educativas, así como factores relevantes en la metodología de enseñanza y la diversidad de estilos docentes.
Definen la tecnología educativa como un medio de comunicación que a través de herramientas como el software, entre otros, permite al usuario desarrollar competencias para su uso práctico, así como para el diseño de recursos basados en especialistas de la pedagogía y el diseño web. Hacen una breve reseña iniciando con el papiro y la creación del papel y posteriormente la imprenta, para incluir los descubrimientos surgidos de la electricidad como son el teléfono, radio, televisión, computadoras e Internet en el siglo XX, y su aplicación en los negocios y la educación comienzan a ganar auge.
Indudablemente y como lo mencionan los autores, la aplicación de las tecnologías se expande impactando a la sociedad en su conjunto, toda vez que los recursos son cada vez más amplios y aplicables a todos los ámbitos. Me pareció de particular importancia el hecho de que día a día se sumen recursos que permitan realizar trámites, conocer eventos, etc., que hagan la vida más fácil.
Por otro lado, lo que en el libro se describe como “technological imperative”, basado en la creencia de que la tecnología es “siempre buena”, no puedo más que reconocer que no es así en todos los ámbitos. Al menos, los buenos docentes que conocen su oficio y están llenos de recursos, consideran a la tecnología únicamente como un medio, como un recurso didáctico más, pero no necesariamente como la panacea que viene a solucionar los problemas de la educación.
El análisis que hacen los autores sobre el impacto de la tecnología en la nueva forma de aprender de y con otros, enseñar a través de otros medios distintos a los sistemas presenciales, en todos los niveles y ámbitos educativos, me abre un nuevo panorama respecto a la importancia de aprender a diseñar recursos didácticos eficaces, con una visión de buena práctica, basados en las teorías contemporáneas de la enseñanza-aprendizaje –cognitivismo, constructivismo- y como se relacionan entre sí, complementando la labor del docente.
Bates & Poole realizan una aproximación muy certera al porqué del uso de la tecnología en los ambientes universitarios:
1) para mejorar las oportunidades de acceso a la educación y la capacitación
2) para mejorar la calidad de aprendizaje
3) para reducir los costos de la educación
4) para mejorar los niveles de costo-efectividad de la educación
Entre los aspectos que me impactaron más, encuentro que los autores abordan el estudio de la infraestructura que requiere una institución para ofrecer la educación apoyada en tecnologías. La inversión es de gran envergadura y los beneficios no siempre son los esperados. Percibo dificultades, de acuerdo a lo que vivo en mi propio entorno, que van desde la actitud de los docentes y personal al interior de la institución, hasta el deterioro de los equipos adquiridos sin haberles sacado el máximo provecho. Me obligó a cuestionarme mis propios paradigmas respecto al uso de la tecnología, desde la visión de Escamilla de los Santos (2007) en donde comenta habrá que integrar una educación bimodal, basada en las necesidades de las instituciones, de los alumnos y de la sociedad en su conjunto.
Bibliografía
Bates, A.W. and Poole, G. (2003).Effective teaching with technology in higher education. San Francisco: Jossey-Bass.
Lozano, A. y Burgos, V. (2007). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.
